Se
iniciara con una proyección de los adultos mayores en el mundo pues en el año
2002, casi 400 millones de personas mayores de 60 años vivían en el mundo en
vías de desarrollo. Para 2025, esta cifra se habrá incrementado hasta
aproximadamente 840 millones, lo que representa el 70 por ciento de todas las
personas mayores del mundo. Esto hace cambiar algunas medidas y políticas para
mantener una mejor calidad de vida para esta población y para sus familias así
como mantener activa a esta población, por lo que surge el concepto de
envejecimiento activo proporcionado por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) donde dice que es el proceso de optimización de las oportunidades de
salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a
medida que las personas envejecen. Esto quiere decir que toda la sociedad debe
permitir que los adultos mayores sigan teniendo una participación continua en
la toma de decisiones ya sean políticas, comunitarias, que tengan voz y voto
que se maximice su potencial físico, emocional, que se les proporcionen las
condiciones necesarias para su desarrollo, así como las medidas de seguridad y
cuidados adecuados cuando necesiten asistencia. Por lo que el término activo
hace referencia a una participación continua en las cuestiones sociales,
económicas, culturales, espirituales y cívicas, no solo a la capacidad para
estar físicamente activo o participar en la mano de obra. Las personas ancianas
que se retiran del trabajo y las que están enfermas o viven en situación de
discapacidad pueden seguir contribuyendo activamente con sus familias,
semejantes, comunidades y naciones. El envejecimiento activo trata de ampliar
la esperanza de vida saludable y la calidad de vida para todas las personas a
medida que envejecen, incluyendo aquellas personas frágiles, discapacitadas.
El
planteamiento del envejecimiento activo se basa en el reconocimiento de los
derechos humanos de las personas mayores y en los Principios de las Naciones
Unidas de independencia, participación, dignidad, asistencia y realización de
los propios deseos. Sustituye la planificación estratégica desde un
planteamiento «basado en las necesidades» (que contempla a las personas mayores
como objetivos pasivos) a otro «basado en los derechos», que reconoce los
derechos de las personas mayores a la igualdad de oportunidades y de trato en
todos los aspectos de la vida a medida que envejecen. Y respalda su
responsabilidad para ejercer su participación en el proceso político y en otros
aspectos de la vida comunitaria.
Un
enfoque desde el envejecimiento activo a las políticas y programas de
desarrollo ofrece la posibilidad de afrontar muchos de los retos tanto de las
personas como de las poblaciones que están envejeciendo. Cuando la salud, el
mercado de trabajo, el empleo y las políticas educativas y sanitarias apoyen el
envejecimiento activo.
Las
políticas y los programas del envejecimiento activo reconocen la necesidad de fomentar
y equilibrar la responsabilidad personal (el cuidado de la propia salud), los entornos
adecuados para las personas de edad y la solidaridad intergeneracional. Las personas y las
familias necesitan planificar su vejez y prepararse para ella, y llevar a cabo
esfuerzos personales para adoptar prácticas de salud positivas y personales en
todas las etapas de la vida. Al mismo tiempo, se requieren entornos favorables
que «hagan que las decisiones saludables sean decisiones fáciles».
El
envejecimiento de la población es un fenómeno global que requiere medidas
internacionales, nacionales, regionales y locales. En un mundo cada vez más
intercomunicado, el hecho de no afrontar de manera racional y en cualquier
parte del mundo los imperativos demográficos y los rápidos cambios de las
pautas de la enfermedad, tendrá consecuencias socioeconómicas y políticas
globales.
Conclusiones:
El
concepto de de envejecimiento exitoso tiene diferentes determinares para que
funcione así mismo la población debe de cumplir con varios aspectos para que
esto llegue a ser una cambio radical para la vida de la población adulta mayor
que lejos de excluirla se incluya en la participación activa de las diferentes
tomas de decisiones y se le brinde una seguridad y apoyo social para que
mantenga una calidad de vida y siga desarrollándose como ser humano y que la
vejez no se vea como un impedimento para lograrlo.
Bibliografía
§
Texto traducido por el Dr. Pedro J. Regalado Doña. Médico geriatra. Envejecimiento activo: un marco político Rev. Esp. Geriatr Gerontol 2002; 37 (S2): pp. 74-105.
Marisol Olmos Gonzalez
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